abril 26, 2018
Cuando Miami se estaba preparando para el huracán Irma el pasado mes de septiembre, Gil Dezer, desarrollador de Porsche Design Tower en Sunny Isles Beach , ofreció al superdiego de la ciudad un refugio para sus superdeportivos. Dezer ofreció permitir que parte de la colección de la ciudad de Maseratis, Ferraris y Lamborghinis capear la tormenta dentro de los confines de la Torre de diseño de Porsche , completa con el ascensor del coche patentado. "Es realmente el lugar más seguro para que los multimillonarios puedan sostener sus juguetes cuando suceden estas cosas", dijo Dezer en ese momento.
Porsche Design Tower es parte de una tendencia de torres de temática automotriz en Miami que combina el amor por los autos de alta gama y los bienes inmuebles de alta gama. Esta tendencia comenzó en el sur de la Florida en 2015, cuando Pininfarina recibió el encargo de los desarrolladores de llevar a 1100 Millecento a los 1100 Millecento en Brickell, Miami. La firma italiana, con un portafolio que contiene trabajos de diseño para Ferrari y Maserati, creó vestíbulos de ascensor de color rojo Ferrari y colgó grandes fotos de superdeportivos en los espacios públicos del edificio.
El último edificio auto-temático que pronto llegará al horizonte de Miami es el Aston Martin Residences en 300 Biscayne Boulevard Way. El desarrollador, G & G Business Developments, de German Coto, eligió un homenaje más discreto al superdeportivo preferido de James Bond. El edificio está utilizando materiales como fibra de carbono y acentos de cuero en lugar de madera. Las unidades en Aston Martin Residences van desde $ 700K a $ 50 Millones.
Reflejar marcas emblemáticas de alta gama en torres de lujo no es una idea exclusiva de la industria automotriz. Dezer está trabajando en un conjunto de condominios de marca "con Giorgio Armani y su equipo", en referencia a Residences by Armani / Casa , que abrió su galería de ventas en 2016. También está la Torre Rolex de 59 pisos en Dubai y el Hotel Baccarat. , inspirado en la etiqueta francesa de cristal fino en Nueva York.
Fuente: The Real Deal
